A veces me siento medio raro por esto, pero tengo que decirlo: me excita mucho más lo que imagino que lo que pasa en la vida real. O sea, puedo estar viendo algo normalísimo, y de repente mi cabeza se va a mil con ideas y situaciones que me prenden más que cualquier experiencia real. Incluso me pasa que con parejas he sentido menos que cuando estoy solo, imaginando cosas. ¿Le pasa a alguien más?
top of page
bottom of page
%203_17_56.png)
No todo lo que nos mueve pasa por lo físico. A veces lo que más conecta son los detalles: una voz, una imagen, incluso un diálogo imaginado. El cerebro juega mucho en esto, y no siempre necesita algo real para activar el deseo. Supongo que cada quien tiene su propia forma de encenderse, y está bien que no todos sigamos el mismo patrón.