Me parece muy interesante lo que comentas. Creo que este tipo de accesorios pueden romper la rutina y abrir puertas a la creatividad en pareja. Lo fundamental es que ambos estén de acuerdo y dispuestos a experimentar sin presiones. Las esposas eróticas, usadas con respeto y cuidado, pueden ser una herramienta para aumentar la confianza y la conexión emocional. También ayudan a que uno de los dos se sienta más vulnerable y entregado, lo que puede ser muy excitante y fortalecer la relación. En definitiva, no es solo un juguete, sino una forma de comunicación y exploración que puede enriquecer mucho la intimidad. ¿Alguien tiene consejos sobre cómo introducirlas sin que parezca incómodo?